Clima
Situada en la cuenca del Ebro presenta unas características propias del clima
mediterráneo, más exactamente del tipo mediterraneo-continentalizado.
Está sometido a variaciones térmicas, calentamientos fuertes en verano y enfriamientos intensos en invierno.
La época más inestable es la primavera por el paso de las depresiones del Norte y las bajas presiones peninsulares que se resuelven en tormentas. En otoño sólo los ciclones atlánticos, si superan las cordilleras, pueden traer las lluvias, siendo frecuentes los días buenos. El invierno es frío y el verano caluroso. En esta estación el calor existente logra ascender lo suficiente y se originan tormentas, algunas de ellas muy intensas.
Mención especial merecen los vientos: el bochorno y el cierzo, y en especial este último, procedente del norte que prácticamente sopla durante todo el año, pero especialmente en invierno.
La temperatura media anual es de unos 14 ºC y la precipitación de unos 450 mm³.